
Un narrador misterioso nos cuenta esta historia que nos llevará a plantearnos ¿son necesarias las normas? ¿para qué sirven? Los protagonistas de este libro comprenderán que saltarse las normas puede tener repercusiones. En el caso de los protagonistas de esta historia, las repercusiones por no seguir las normas van a resultar realmente graciosas.
Con una narración ágil y llena de humor, un misterioso personaje narra las “escalofriantes experiencias” de unos niños muy curiosos tras visitar el Museo de los Pequeños Horrores. ¿Pequeños? Los protagonistas descubren que La curiosidad mató al gato y que La única forma de aprender algunas lecciones es experimentarlas en carne propia.
Con la lectura aprenderemos también que un comportamiento y una actitud negativa, además de afectarnos a nosotros mismos, afectan también a las personas que nos rodean.
¿Saldrán bien parados de esta historia? Puede ser que sí, puede ser que no, igual solo algunos. Leed, leed… y si encontráis en vuestro pueblo o ciudad el “Museo de los Pequeños Horrores”, respetad las normas atentamente. Si no… ¡¡¡ateneos a las consecuencias!!!
Recomiendo este libro porque al leerlo sentía intriga por saber lo que iba a pasar a continuación.
Yo creo que el comentario es excesivamente largo pero, por lo demás, todo ok.
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