martes, 6 de enero de 2015

Espíritu navideño

Espíritu navideño

Todo empezó la víspera de nochebuena, el día 23 de diciembre. Hugo se dio cuenta que el espíritu de la navidad se estaba perdiendo, no se decoraban las calles, ni las casas, la gente no cantaba villancicos.

Cuando era pequeño, en el pueblo en el que vivía, se ponía un árbol gigante con bolas y luces, que decoraba el pueblo y las calles estaban repletas de luces, los niños iban cantando villancicos por las calles y derrochaban alegría a los más mayores. Así es como se respiraba en el pueblo ambiente navideño.  

Al ver que el espíritu navideño se estaba perdiendo, Hugo decidió hablar con el alcalde y empezar a decorar el pueblo. Al día siguiente, Hugo, el alcalde y varios vecinos, fueron al bosque en busca de un pino,  lo bajaron al pueblo y lo pusieron en la plaza.  Pero,  eso no era suficiente, faltaban bolas y luces de navidad. Aunque fuese verdad, faltaba presupuesto para poder hacerlo.

Ante la falta de dinero en el ayuntamiento, los vecinos se solidarizaron, y cogieron todos sus adornos de navidad, y llevaron al ayuntamiento. Hugo vio que la gente se había solidarizado, y salió de casa para decorar el árbol. Después de pasarse horas decorando, vieron el magnífico resultado, gracias a la colaboración de los vecinos.


Estas navidades, fueron magnificas en el pueblo y también en casa de Hugo, donde disfrutaron y vieron que el espíritu de la navidad había vuelto. 

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